Isla Janitzio, en el lago de Pátzcuaro, Michoacán

11 abril 2011 | Por antonella

Una de las islas más distinguidas en México por su gran caudal de turismo es la Isla Janitzio. Situada en el Estado de Michoacán, hoy en día es considerada como la de mayor peso e las cinco islas pertenecientes al lago de Pátzcuaro. Como punto a destacar, en lo alto de ella es posible que observéis un monumento del héroe nacional de la Revolución de la Independencia José María Morelos y Pavón, cuyo interior del mismo se presentan pinturas que describen su biografía.

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Ahora bien, en tanto a las visitas que recibe la isla Janitzio, vale señalar que se puede llegar hasta ella en barca desde Pátzcuaro y como recibimiento, cantidades de pescadores acercan una breve actuación en sus barcas, para recordar la pesca antigua. Es aquí cuando las “artes de pesca” o redes con formas de mariposas presentan un espectáculo muy interesante que dura algunos momentos. De esta manera y a modo de información para los turistas que viajen a Janitzio, durante el mes de noviembre, el día 1 de tal mes se celebra el Día de los Muertos, y para ello, los habitantes durante la noche acercan ofrendas a los muertos por medio de una procesión con mucha iluminación donde abundan los cantos religiosos y los críos. Y por último, en los alrededores del lago Pátzcuaro en Michoacán, podéis recorrer algunos pueblitos purépechas, los cuales son habitados por indígenas. El primero es el Tzintzuntzan, a unos 15 kilómetros de Pátzcuaro. Este lugar presenta unos 5 templos, un mercado de objetos de paja y cerámicas verdes y negras. El segundo es caracterizado por la metalurgia del cobre y es el pueblito de Escalante. Si sois amantes de la tranquilidad, os recomiendo Erongaricuaro, un sitio con poco turismo y  muy relajado. Y si queréis observar un pueblo que parece un jardín, entonces debéis visitar Uruapan, donde a unos 30 kilómetros se sitúa el volcán Paricutin, activo desde el año 1943. Foto: Wikipedia

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Un comentario en «Isla Janitzio, en el lago de Pátzcuaro, Michoacán»

  1. Les comparto mi poema, dedicado a ese bellísimo lugar:

    ISLA DE JANITZIO

    La diestra en lo alto,
    a tu gloria exalto,
    el puño en el cielo,
    buscando un anhelo.

    Isla de Janitzio
    de la paz resquicio,
    cabello de elote,
    el lago tu escote.

    Lugar de unos cuantos,
    algunos muy santos,
    de sangre lacustre,
    territorio ilustre.

    De Pátzcuaro orgullo,
    Michoacán es tuyo,
    México y el mundo
    te siguen el rumbo.

    Estás presente en la mente
    del viajero, de la gente,
    Jarácuaro y Urandén,
    no sienten por ti desdén.

    ¡Porque engrandeces el sitio!,
    porque estás desde el principio
    al centro de la región
    y en turismo eres bastión.

    Desde arriba patos,
    que vuelan muy gratos,
    me dan bienvenida
    hasta mi partida.

    Te miro junto a Tecuena,
    donde quise a mi morena,
    bella Yunuen y Pacanda,
    a esa virgen una manda.

    Tu acuático lirio
    querer con delirio,
    como terso anzuelo
    para un desconsuelo.

    Mariposas redes,
    quedo a sus mercedes,
    mi enamoramiento
    hasta el firmamento.

    La barca se mece,
    el verte enternece,
    en el frente el faro
    y un lecho preclaro.

    Las boyas me guían,
    pues en mí confían,
    hacia vida aislada
    por agua rodeada.

    Cintilan las luces
    de tu alrededor,
    la corte de peces
    se forma en tu honor.

    Janitzio y montañas,
    canto a sus hazañas,
    bóveda celeste,
    firmamento agreste.

    De plata es la luna,
    con figura de uña,
    que, como ninguna,
    tu destino acuña.

    En comercio y pesca;
    gente pintoresca,
    amable, agradable,
    ¡que su casta hable!

    Purépecha idioma
    que el oído aroma,
    lengua cantarina
    que la voz afina.

    Son blancas tus casas,
    algunas grisáceas,
    rojizas sus tejas,
    focos candilejas.

    Todo hermano visitante
    se enamora en un instante,
    de tus lindos rinconcitos,
    de tus oleajes bonitos.

    Cualquier alma apasionada
    busca en ti cordial posada,
    tierno amor a la medida
    que no tenga despedida.

    Muchas fiestas,
    baile, orquestas,
    la comida ni se diga,
    ¡Jesucristo te bendiga!

    En noviembre, día de muertos,
    brillan tumbas, frescos huertos,
    redimidos corazones
    con latidos de ilusiones.

    Te llevo en mi pensamiento,
    te lo juro que ya siento . . .
    la ilusión de ver a Dios
    antes de decir . . . ¡adiós!

    Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
    Isla de Janitzio, Michoacán, 02 de noviembre del 2010.
    Reg. INDAUTOR No. 03-2011-041513462700-01

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